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Mostrando entradas de julio, 2020

Síntoma de inhibición del sueño

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    Sentí que volaba bajo entre un cielo perplejo, como inmerso entre un cuadro vanguardista desleído. Gané altura para atravesar los picos de la penumbra, pero no pude evitar ser divisado por el horizonte. Floté entre basura y escombros celestes de todo el egoísmo de la humanidad, paradójicamente respiraba el polvo lunar, todo el vacío silente; sentí la gravedad atravesando mis ideas, comprimiendo mis pulm ones a su antojo. El peso del universo se afianzó a mis deseos reprimidos, descomponiendo trayectorias sin desenlace. Caminé de espaldas por la calle, mis piernas eran un par de metales que perforaban el asfalto, que removían la tierra. Mis ojos cayeron como cientos de semillas que brotaron de vegetación, cubriendo edificios, momificando personas. Desperté nuevamente en la habitación a oscuras. Escuchaba su rezo, repetía mi nombre. Traté de salir de allí, las llamas limpiaban mi andar desnudo; de repente sentí sus dedos enterrarse en mi cintura… escaló por mi espina dorsal, inhalaba

Punto cero

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    A veces sólo se desarma el corazón una vez en la vida,  pese a la premura de los tiempos en contra vía en que todo suena vago. Las promesas se descuidan con la segura restricción nocturna, abordando el alma, cubriéndole de temores simples en medio de la incertidumbre obtusa de aquellos pesares que ya no quisiéramos  recordar una vez más.      A lo lejos se desdibujan los ocasos de los sueños torpes, gobernando espejismos de esquiva realización. La costu mbre es el rito que las vidas necesitan para sobrevivir; se lucha incesantemente, se disfruta de la ruta y sus colores, aunque todo sitio de llegada con el sentir de los días, termine siendo nada más que otro infructuoso punto de partida.      Lo mundano se alimenta de gozo, alcohol y otros males; tanto como del exceso de conocer aquello que define al placido amor. Entonces el hábito ya reitera lo que a lo sumo está por venir, recapitulando rumbos y disponiendo maletas.  P reparando un partir mental, despidiendo vientos intemporal

Síndrome de abstinencia

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     Hasta hace un par de horas sentías mi pulso, hace un par de minutos viví tu partir.     Un tren es aquel medio de transporte que implanta el drama necesario para un adiós… comienza lento y tortuosamente, dándote tiempo para entender lo que has hecho y finalmente cuando sabes que todo es un error, la velocidad de su partida desgarra el aire y ni su aroma queda allí para ti.      Llevabas un nuevo vestido, aquel que yo mismo escogí para resaltar tus ojos negros, vaya día, vaya ocasión especial para usarlo; nunca había entendido esa belleza que opacaba todo lo que orbitaba alrededor mío, nunca serán breves el centenar de días que hoy comienzan para olvidarte.      La innecesaria promesa rutinaria de enviarme alguna carta o telegrama me pondrá en la penosa obligación de conseguir un buzón, sólo para complacer a mi espera.      Entre eso labios dudosos que tiemblan, los mismos que hoy dejo de reconocer, susurras el motivo que nunca esperaba contemplar ni remotamente: “ahora serás libre

Albores

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    Me han dicho que calle y piense, que debo sentir todo lo que observo, para entender que la vida es corta y vivimos sin nacer. Que la calle es mal y del cielo escapa veneno, que nos hace viejos, cultivando arrugas cartográficas que dirigieron nuestro andar.       Me dicen que olvide y sueñe, que trate de entender lo que no ha de cambiar, que escupa sus besos suaves y la última hora de partir. Que el campo es necio y no hay lugar donde sembrar, los ahora parajes que deciden cual fruto cae rudo y la peripecia ha de devorar.       Me han dicho que llore y perdone, que vuele bajo y sea enfado, cayendo en sus brazos, en el sueño taciturno donde pueda anidar. Robando oportunidades de padecer de nuevo en la hoguera de su amar, que mi rostro florezca en raíces y transitoria asfixia de paredes rugir.     Me dicen que luche y arda, que esconda secretos de infancia para venderlos al mejor postor, que las noches sin miedo no complacen al mundo y nada se puede ser. Que cada dolor que se contempl